Nuestro equipo en MasterGuest se dedica a facilitar la llegada de nuestros huéspedes, proporcionándoles toda la información necesaria para que disfruten de su estancia.
Albatera, un rincón encantador que se alza al norte de la comarca del Baix Segura, en la región de País Valencià, resplandece junto al mágico curso del río Segura. En este apacible pueblo, la historia cobra vida a través del magnífico patrimonio arquitectónico, siendo la iglesia parroquial de Sant Jaume Apòstol la joya más preciada.
Concluida en el año 1729 bajo la hábil dirección del arquitecto Miquel de Francia Guillén y por encargo del ilustre Gaspar de Rocafull i Boïl, primer conde de Albatera, esta iglesia de estilo barroco levantino emerge majestuosa en el corazón del municipio. El paso de los años dotó a este tesoro religioso de una portada singular, obra de los escultores Tomàs y Martínez, agregada entre 1753 y 1755, que captura los delicados matices del rococó francés. Situada en la pintoresca plaza de l'església, la iglesia, con su planta de cruz latina y una sola nave, se ve enmarcada por esbeltas capillas flanqueadas por contrafuertes. Desde lo alto, una cúpula celestial se alza sobre pechinas con tambor, iluminando con su resplandor el sagrado crucero. Las capillas laterales, engalanadas con ventanas de lunetas, se convierten en santuarios de devoción.
A los pies de la iglesia, en el semisótano, se encuentra la misteriosa cripta, donde el eco del pasado reverbera entre sus paredes. El diseño cautivador de la iglesia fusiona el encanto de la piedra vista en dovelas y pilares con la calidez de los tonos ocres que adornan sus muros. El presbiterio se enorgullece de dos torres cuadradas de tejados, mientras que la portada, con dos cuerpos imponentes, invita a los visitantes a entrar en el sagrado recinto. En el altar mayor, un retablo tallado en madera destaca la elegancia de sus columnas lisas de capitel compuesto, encuadrando el sagrario y la imponente escultura de Sant Jaume Apòstol, patrón de la villa. En la cima, una pintura celestial de la Santísima Trinitat, plasmada en el siglo XVIII, testimonia el esplendor de la devoción.
Además de la iglesia, Albatera esconde otras maravillas arquitectónicas, como el fascinante Palau dels Rocafull. Esta residencia, con su portada renacentista del siglo XVI, fue rescatada del tiempo y cuidadosamente resguardada en dependencias municipales desde 2004, conservando así una parte importante de la historia local.
Pero Albatera también muestra su belleza natural en la Rambla Salada, un curso que serpentea por la sierra de Crevillent en dirección norte-sur. Este singular lugar alberga depósitos de sal, formados por la evaporación del agua durante los períodos secos. La rambla, impregnada de misterio, atesora los vestigios de puentes y acueductos que una vez llevaron el preciado líquido para nutrir las tierras agrícolas.
Con cada paso que dan los viajeros al adentrarse en las calles de Albatera, la historia y la naturaleza se funden en una sinfonía cautivadora. Esta visita inolvidable brinda una experiencia cultural enriquecedora, dejando huellas imborrables en los corazones de aquellos que se atreven a descubrir los tesoros ocultos de este encantador municipio de Alicante.
